Auxilio, mis hijos no me dejan en paz ni un segundo

Sin las mamás el mundo de los niños se detendría porque todos estarían ¡buscando a Mamá! a menos que estén haciendo alguna travesura.
Los niños por naturaleza son absorbentes, quieren la atención de la madre al 100 por ciento.  

Te parece familiar:Auxilio, mis hijos no me dejan en paz ni un segundo.
Una madre no puede ser totalmente feliz solo atendiendo cualquier detalle mínimo de cada uno de sus hijos.  Es necesario enseñar límites para que haya más tranquilidad para la madre y más independencia para el hijo que será cada vez mayor a medida que crezca.

Algunos límites sanos te darán tranquilidad y confianza como madre.
Mira estos límites directos para tu hijo o hija.
  1. Cuando yo esté conversando con otra persona, tú te mantendrás callado y tranquilo.
  2. Si se te cae algo, lo levantarás, a menos que sea muy pesado.
  3. Tus juguetes los usarás y los guardarás en su lugar sin ayuda de mamá.
  4. Éste es el plan para hoy: Baño: _____,  Tareas: _______ Hora de Juegos:_________ Internet o TV______ Comidas______ Escuela:_________ Compartir con mamá o papá ____________
  5. Cuando te mande a buscar algo harás tu mejor esfuerzo, y por lo menos lo intentarás buscar 5 veces antes de llamar a mamá.
  6. Si mantienes tu ropa arreglada en tu habitación podrás decidir mejor qué ropa ponerte, encontrarás los zapatos y tus útiles escolares.
  7. Mamá también necesita su tiempo libre, así que si voy a salir con una amiga, no me llamarás por teléfono a menos que sea muy urgente.
  8. Cuando estemos en una reunión, en la iglesia, en el cine, te mantendrás tranquilo y en silencio en tu asiento hasta que termine porque creo que eres respetuoso y te portarás bien.
  9. Tendrás una hora para las comidas y para las meriendas, me dejarás en paz el resto del tiempo en cuanto a las comidas porque la cocina estará cerrada para ti guardándote lo rico para tu próximo momento que tenemos para comer.


Estas son algunas ideas, tome en cuenta decirlas siempre en positivo y no use la palabra no.
Por Mery Bracho.